Descubre cómo pueden ayudar los complementos a jóvenes y adolescentes: beneficios reales, edad recomendada y los más indicados según cada caso.

Cada vez más jóvenes, especialmente adolescentes y adultos jóvenes, incorporan complementos alimenticios en su día a día. Cuando se usan de forma responsable y bajo supervisión farmacéutica, estos productos pueden ayudar a cubrir deficiencias nutricionales frecuentes, mejorar el rendimiento físico y mental, y promover una vida más saludable. En este artículo exploramos a partir de qué edad son recomendables, qué tipo de complementos son los más habituales y los principales beneficios asociados a su uso…

¿A partir de qué edad se recomiendan?

La adolescencia es una etapa de crecimiento físico, hormonal y cognitivo intenso. Durante este periodo, el organismo requiere un aporte elevado de nutrientes esenciales, como calcio, vitamina D, hierro, vitaminas del grupo B, zinc u omega‑3, que en muchos casos no se obtienen en cantidad suficiente solo con la dieta. Aunque la alimentación equilibrada sigue siendo la base ideal, los complementos alimenticios pueden servir de apoyo puntual cuando existen carencias reconocidas o circunstancias específicas que no aportan nutricionalmente lo necesario para el desarrollo óptimo. A partir de los 12–13 años, cuando comienza la pubertad, sería la edad a la que se puede empezar a considerar la incorporación de complementos bajo supervisión farmacéutica, especialmente si hay factores de riesgo como menstruaciones abundantes, dietas restrictivas o deportistas. Esta edad marca un periodo crítico donde el pico de masa ósea, el equilibrio hormonal y el rendimiento cognitivo requieren nutrientes que, en muchos adolescentes, están por debajo de lo recomendado.

Complementos más recomendados en los jóvenes

Entre los tipos de complementos alimenticios más habituales y recomendados se encuentran:

  • Vitamina C: Aunque no deben sustituir alimentos frescos, es útil considerar el aporte de esta vitamina cuando la dieta carece de variedad suficiente. Estudios observan que los adolescentes que toman vitamina C o multivitamínicos tienden a llevar estilos de vida más saludables: más actividad física, menor sedentarismo, mejor alimentación y menor prevalencia de sobrepeso.
  • Vitamina D: es esencial para la salud ósea durante los picos de crecimiento. La vitamina D facilita la absorción de calcio y refuerza el sistema inmune. En muchos lugares, la exposición solar no es suficiente, por lo que dosis moderadas –por ejemplo, alrededor de 400 IU/día– pueden ser aconsejables especialmente en invierno.
  • Vitaminas B12: interviene en el metabolismo energético, la función nerviosa y la producción de glóbulos rojos. Ayuda a reducir el cansancio, favorece la concentración y apoya el estado de ánimo.
  • Magnesio (mg·4): apoya la relajación muscular, mejora el sueño y reduce el malestar físico tras el ejercicio intenso.
  • Omega‑3 (EPA/DHA): favorecen la salud cerebral, la concentración, el bienestar emocional y la función cardiovascular. Aunque su evidencia en trastornos como TDAH es limitada, pueden tener efectos modestos en algunos casos.

Beneficios del uso de complementos alimenticios en jóvenes

Los beneficios potenciales asociados al uso responsable de complementos incluyen:

  • Mejora el rendimiento físico y cognitivo, lo que puede traducirse en más energía, mejor concentración y menor fatiga.
  • Apoyo al desarrollo óseo: ciertas vitaminas y minerales son claves en la adolescencia para lograr una masa ósea adecuada que prevenga fracturas y osteoporosis futura.
  • Fortalecimiento del sistema inmune: nutrientes como la vitamina C, D y los probióticos, así como ciertas plantas de uso tradicional, pueden reducir la incidencia de infecciones en periodos escolares o cambios estacionales.
  • Regulación del estado de ánimo y menor estrés, gracias al magnesio, vitamina B12, Omega-3 y Omega 3,6,9…
  • Promoción de hábitos saludables: diversos estudios muestran que quienes toman suplementos también suelen tener mejor alimentación, hacer más ejercicio y evitar conductas de riesgo como el tabaquismo.

No obstante, para asegurar un uso seguro y eficaz, se deben seguir algunas prácticas clave como una evaluación por parte del farmacéutico, evitar el exceso de vitaminas y minerales, especialmente con vitaminas liposolubles o minerales como el hierro que en dosis elevadas pueden causar efectos adversos, priorizar complementos de calidad y nunca sustituir los complementos por una dieta sana y equilibrada.

Sugerencia Lebudit

Los complementos alimenticios pueden ser aliados valiosos para adolescentes y jóvenes adultos, siempre y cuando se empleen con criterios, prudencia y supervisión profesional. A partir de los 12 años, en presencia de condiciones de dieta limitada, ejercicio intenso o deficiencias confirmadas, ciertos complementos pueden contribuir a mejorar el aporte de energía, la salud ósea, la inmunidad y el bienestar general. Sin embargo, la filosofía central de Laboratorios Lebudit sigue siendo: una alimentación variada y equilibrada, actividad física y asesoramiento especializado.