Desde Lebudit te damos algunas de las sugerencias que pueden ayudarte para llevar bien los cambios de temperaturas que ahora se están dando

 

Con la llegada del verano, pronto empezaremos a notar cómo los cambios de temperatura afectan a nuestro organismo. Esos cambios están siendo cada vez más bruscos tanto en invierno como en verano, hace no mucho tiempo, en la web contamos la astenia primaveral y sus desajustes en la época primaveral.

Los cambios de temperaturas no nos afectan a todos por igual

De cara al verano, es fundamental tener en cuenta una serie de consejos para evitar muchos problemas asociados a estos cambios; problemas cada vez más frecuentes.

Las olas de calor son cada vez más repentinas y duraderas. El año pasado llegaron a registrarse temperaturas por encima de los 45 °C en muchas localidades de nuestro país.

La comunidad científica está muy preocupada por las altas temperaturas y cada año nos alerta de cómo pueden afectar a los colectivos más vulnerables como ancianos, niños y pacientes con enfermedades crónicas y, es que, existen muchas patologías que se agravan cuando las temperaturas exceden de 35 °C, cómo por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades relacionadas con insuficiencia respiratoria y la diabetes, entre otras.

La mayor preocupación reside en el aumento de los casos de deshidratación, golpes de calor y agotamiento por el calor, se producen contrastes bruscos de temperaturas, se hace un uso excesivo de aire acondicionado con temperaturas realmente frías y se ingieren bebidas demasiado frías, todo ello hace que disminuya nuestra respuesta inmunológica y afecta especialmente a nuestra garganta y sistema respiratorio.

Sugerencias para adaptarnos mejor al cambio de temperaturas

  • Beber agua con regularidad y disponer de ella en todo momento, sería conveniente no beber está demasiado fría para evitar contrastes bruscos.
  • Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día. Utilizar crema solar con alto factor de protección, usar ropa ligera, holgada, transpirable y de colores claros.
  • Comer alimentos que contengan mucha agua, como fruta y verduras. Hay que evitar comer de forma excesiva y evitar los atracones con alto contenido en alimentos grasos.
  • No consumir alcohol. Con altas temperaturas el alcohol aumenta el riesgo de deshidratación.
  • Ducharse con agua templada, si el agua está demasiado fría, el cuerpo subirá su temperatura corporal haciendo que la sensación de calor sea mayor.
  • Practicar deporte solamente a primera y última hora del día. Durante las olas de calor, habría que plantearse, incluso, no hacer actividad física y descansar.